¿Cuál suele ser el régimen laboral al que se acogen los escritores?

Los escritores, pese a su relevancia cultural y social, siguen moviéndose en un terreno laboral complejo y, en muchos casos, poco regulado. Si te dedicas profesionalmente a la escritura -ya sea como novelista, ensayista, guionista, redactor de contenidos- puede que hasta tú mismo no tengas muy claro cuál es el régimen laboral bajo el que te conviene trabajar.

La realidad es que la mayoría de los escritores en España desarrollan su actividad bajo el régimen de trabajadores autónomos, aunque existen excepciones vinculadas a contratos editoriales o encargos puntuales.

En todo caso, entender qué implica cada modalidad te permitirá tomar decisiones más acertadas, especialmente desde el punto de vista fiscal y contable. Y por ello, hoy vamos a realizar un repaso sobre cuál es el régimen laboral para los escritores más conveniente.

El escritor como trabajador autónomo: la opción más habitual

En España, la gran mayoría de los escritores trabajan como autónomos. Esto se debe a que su actividad se considera una profesión liberal: generan ingresos de manera independiente, sin estar sujetos a una relación laboral directa con una empresa o institución.

Darse de alta como autónomo implica inscribirse en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y, en el caso de los escritores, también en el epígrafe correspondiente del Impuesto de Actividades Económicas (IAE). Esto permite emitir facturas, declarar los ingresos obtenidos por derechos de autor, conferencias o colaboraciones, y deducir ciertos gastos relacionados con la actividad profesional.

Si decides acogerte a este régimen y tu domicilio fiscal está en la ciudad condal, te conviene contar con el apoyo de una gestoría para autónomos en Barcelona o en la ciudad donde residas, ya que la fiscalidad de los autores que trabajan por cuenta propia presenta particularidades: las liquidaciones del IRPF, los contratos con editoriales y la gestión del IVA pueden variar según el tipo de obra o la forma de cesión de derechos.

Régimen laboral de los trabajadores: ventajas e inconvenientes de ser autónomo

VENTAJAS

1.- Independencia profesional: puedes trabajar con distintas editoriales, instituciones, medios de comunicación o plataformas sin depender de un único empleador.

2.- Control sobre tus ingresos: gestionas tus proyectos, tarifas y tiempos de trabajo.

3.- Posibilidad de deducir gastos: como los derivados de equipos informáticos, libros, formación o incluso desplazamientos que también pueden deducirse parcialmente.

4.- Compatibilidad con otros ingresos: puedes combinar tus ingresos por derechos de autor y premios con otros trabajos profesionales.

INCONVENIENTES

1.- Pagar la cuota de autónomos: debes pagar puntualmente esta cuota a la Seguridad Social, incluso en los meses en los que no hayas tenido ingresos.

2.- Complejidad fiscal y contable: debes contar siempre con asesoramiento especializado y a ser posible, en el régimen de autónomos y en oficios libres de autoría creativa.

3.- Ausencia de prestaciones laborales de un contrato laboral ordinario: como vacaciones, indemnización…

Los contratos de edición y otras modalidades laborales

Aunque el régimen de autónomo es el más común, no es el único. En determinados casos, el régimen laboral de los escritores es el de la contratación por cuenta ajena ya sea con contratos mercantiles de fin de obra. Aquí tienes algunos ejemplos:

1.- Contrato de edición: es la forma más habitual de colaboración entre un autor y una editorial. A través de él, el escritor cede los derechos de explotación de su obra a cambio de una retribución o regalía, generalmente un porcentaje sobre las ventas (entre el 8 % y el 12 % del PVP). No implica relación laboral ordinaria, sino una relación mercantil regulada por la Ley de Propiedad Intelectual.

2.- Contrato de encargo o de obra: se utiliza cuando una empresa o institución solicita un texto concreto (por ejemplo, un manual, un guion o un contenido corporativo). Aquí, el autor puede emitir factura como autónomo o firmar un contrato mercantil puntual.

3.- Relación laboral por cuenta ajena: es menos frecuente, pero posible. Algunos escritores trabajan como redactores en plantilla de medios de comunicación, editoriales o agencias, en cuyo caso cotizan en el Régimen General de la Seguridad Social.

Elegir el régimen adecuado

Elegir el régimen laboral de los escritores más adecuado es difícil. Decantarse entre ser autónomo o trabajar mediante contratos de obra por cuenta ajena dependerá del tipo de actividad que desarrolles, de la frecuencia de tus encargos y de si existe o no dependencia con un empleador. 

Si tu producción literaria o creativa es constante, darte de alta como autónomo es lo más recomendable, tanto por cuestiones legales como fiscales. En cambio, si tus publicaciones son esporádicas o te encargan obras puntuales, podrías optar por contratos mercantiles ocasionales.

En cualquier caso, nuestra recomendación es buscar asesoramiento especializado que te aconseje y vele por tus intereses económicos. Porque, al final, escribir es un arte, pero vivir de ello requiere también una buena gestión profesional.