Cuando decides lanzarte al mundo emprendedor, la emoción es tal que podrías comerte el mundo… sin servilleta. Pero los errores al crear una empresa no tardan en aparecer como invitados sorpresa a tu fiesta de lanzamiento. Desde elegir un logo hecho en Paint hasta pensar que un Excel basta para la contabilidad, los tropiezos son parte del pack. ¿La buena noticia? Que más adelante te reirás de todo… si sobrevives al primer trimestre, claro.
Pocas cosas enseñan tanto como equivocarte con estilo. Algunos abren su negocio y olvidan registrar el nombre. Otros compran stock como si fueran a abastecer a la NASA. Y los hay que creen que tener una web bonita equivale a tener clientes. Spoiler: no. Montar una empresa es como hacer una paella con cuatro fuegos encendidos, sin receta y con gente opinando detrás. Pero no temas, porque todo se supera. Incluso ponerle de nombre «Innovatech Solutions S.A.» a una tienda de tartas.
Ahora bien, el error más común (y peligroso) es pensar que con pasión y un par de cursos online ya está todo hecho. No. Se necesita cabeza fría, paciencia y, sobre todo, realismo. ¿Quieres triunfar con una empresa? Empieza por aceptar que te vas a equivocar. Y que no pasa nada. El camino está lleno de fallos épicos y decisiones absurdas que, con el tiempo, se convierten en anécdotas gloriosas.
Errores al crear una empresa: manual de supervivencia con humor
Los errores al crear una empresa no discriminan: afectan a visionarios, influencers y hasta a tu primo el que lo sabe todo. Y lo mejor que puedes hacer es conocerlos para, al menos, no meter la pata en los 10 primeros minutos. Aquí van los greatest hits:
- Ignorar el papeleo: Crear una empresa sin entender impuestos, licencias o seguros es como montar un bar sin grifo de cerveza. Legalmente arriesgado y emocionalmente devastador.
- Hacer de todo tú solo: Diseñar el logo, llevar las redes, limpiar el local y además atender clientes. Eres un ser humano, no un pulpo. Delegar es vida.
- No validar la idea: Tu madre dice que es buenísima. Pero… ¿pagaría por ella? Sal a la calle y pregunta, aunque te dé pereza. Tu cuenta bancaria lo agradecerá.
- Sobreinvertir en cosas absurdas: El neón con tu nombre mola, pero quizá antes deberías tener producto. O clientes.
- Subestimar al cliente: Escucha más y vende menos. Tu audiencia no quiere humo, quiere soluciones (y a buen precio).
En resumen: los errores al crear una empresa son inevitables, pero también forman parte del aprendizaje. Así que si acabas de cometer tres de esta lista, enhorabuena: vas por buen camino.
