Consejos para que los niños tengan disciplina en las vacaciones de verano.

En verano solemos abandonar nuestras rutinas, nuestros horarios y nuestras normas diarias. Y mucho más si nos vamos de vacaciones, ese periodo en el que, por arte de magia, desaparecen las prisas, las alarmas y muchos de los quehaceres del resto del año. 

Este abandono de nuestra vida “normal” es necesario tanto para los adultos como para los más pequeños de la casa: nos sirve a todos para descansar, desconectar y coger fuerzas para el nuevo ciclo que comenzará a la vuelta de las vacaciones. Sin embargo, por otro lado, también puede existir el peligro de que haya un excesivo descontrol o abandono de hábitos que puede ser contraproducente para los niños .

Es evidente, que en el periodo vacacional todos los padres relajan un poco sus normas, pero nunca puede convertirse en un libre albedrío en el que todo vale. Es necesario que, dentro del paréntesis que supone este periodo, sigan existiendo pautas para que los niños no estén indomables a la vuelta. Y eso es justo lo que queremos compartir contigo en este post: unos consejos para que tus hijos descansen y disfruten el verano pero sin caer en el abandono absoluto de la disciplina.

¿Cómo mantener cierta disciplina en verano?

1.- Crea nuevas rutinas adaptadas a la vida vacacional.

En el verano se altera nuestra vida y nuestra agenda, comenzando, por ejemplo, porque no existe esa obligatoriedad de levantarse a una hora concreta. Sin embargo, es necesario que las jornadas se estructuren en torno a unos horarios que den cierta rutina a los niños, aunque sea una rutina diferente de la que siguen durante el curso.

Y aunque en un momento dado puedas ser más flexible con su cumplimiento, los niños deben seguir teniendo ciertos hábitos y horarios para que la vuelta a la rutina del otoño resulte más sencilla. Por ejemplo, debes fijar unos horarios para que los niños se despierten así como para realizar las comidas del día. Y aunque esos horarios no sean los del invierno, sí servirán para que los niños sigan siendo conscientes de que existen unas normas y unas pautas que marcan su día a día.

2.- Animarles a seguir aprendiendo.

Los niños deben seguir ampliando sus conocimientos “académicos” durante los meses de verano, pero precisamente por estar en esta época debes apostar por actividades más prácticas, con un toque más lúdico y sin tener que realizarse de manera fija… Un cuadernillo de ejercicios está bien, pero también puedes apostar, por ejemplo, por hacer una ruta para aprender cosas de la naturaleza o programar una visita a un museo local.

La cuestión es que los niños no pueden dedicarse solo a jugar en la playa o en la piscina sino que deben tener cabida actividades más didácticas, lecturas, juegos de mesa… Así, seguirán haciendo cierto trabajo académico pero lo harán de una forma más divertida, menos encorsetada y lejos de un aula como estarán en cuanto llegue septiembre.

3.- Hazles partícipes de las tareas de la casa vacacional

Si os vais de vacaciones a una casa alquilada o a un hotel, debes procurar mantener unas normas mínimas a nivel doméstico. Por ejemplo, si tus hijos ya se hacen la cama, recogen su ropa, sacan la basura u ordenan sus juguetes, no deben dejar de hacerlo porque no estén en su casa o porque estén de vacaciones. Al revés, deben entender que tienen que colaborar siempre y ser responsables de sus cosas, estén en su hogar o estén en otro temporal.

De esta forma, y aunque puedas ser más flexible en verano y liberarles de algunas tareas, no vivirán en una anarquía sin normas y seguirán ciertas disciplinas que son continuación de su vida en invierno.

 

En definitiva, se trata de vivir con la flexibilidad que debe reinar en unas vacaciones pero sin que esto implique una renuncia total a la aplicación de normas que son guías básicas el resto del año. De esta forma, los niños sentirán que están de vacaciones, descansarán y se divertirán, pero sin caer en un anarquía que haga imposible la vuelta a las guarderías de Madrid cuando llegue el momento.